Sirenum Scopuli
La melodía lo invade erizando su piel, haciéndolo temblar de placer. Lo seduce con su cadencia y confunde sus pensamientos, sus sentidos, como si todo de repente hubiera perdido importancia. Olvida penurias, angustias, miedos. Y sonríe, extasiado.
Mientras, sin dejar de cantar un instante, las sirenas lo devoran.
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