Lotófagos


Me olvidé de todo.
Hasta de lo que quería guardar para evocarlo cuando el tiempo fuera más claro.
Más firme, lejano. Exógeno. Distante.
Olvidé todo para perder el olor a destiempo.
Para alejarme de las ristras de ajo, los crucifijos y cruces de sal. Las escaleras de pintor de brocha gorda. Los gatos negros y grillos. Todo lo borré para ya no saber que mis barajas marcadas volvieron a salir, burlonas y sin piedad, sobre el paño de la adivinación.
                                                                   No quiero saber nada más.
                                                     No quiero saber que volveré…
                                        como siempre…
                       a tropezar con vos.
Te olvidé por sentir que aunque cambies de rostros, de vidas, de escenarios y modus operandi sos siempre el mismo disfrazado de novedad. El que me desgarra, desarma, deshoja y desampara en una realidad de espejos trizados, empañados por el paso del tiempo.

Olvidando cuando retornes todo parecerá nuevo.
Incluso el dolor.






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